lunes, agosto 22, 2016

Se acaba el invierno...

Y sin embargo el hielo crece en mi interior.
Afuera el sol y las flores me indican que estos meses de frío se terminan.
Y sin embargo este hielo me atenaza, sin ánimo, sin calor, e incluso a veces sin esperanza.
Porqué tanta pena?, Porqué ese sentir intensamente de hace un tiempo, se ha transformado en este darse contra el suelo como desde un noveno piso.
Y aunque pienso que poseo la respuesta, es igual, porque evidentemente es algo que no depende de mí. Depende de un otro y en estos tiempos de exceso de comunicación, aún no puedo encontrarle.
Lo más probable conociendo mi realidad, es que nunca le encuentre.
La fragilidad y desolación extrema en que me deja está afirmación, no hacen más que hacerme pensar en que mi ser interior ya lo sabía desde hace siglos, y en esta particular encarnación, es muy probable que muera en la absoluta soledad.
Nunca en todos estos años, me había pasado darme cuenta que debo consumir toda mi pasión...mi calor y mis sueños de un hogar fuera de mí misma, en un oscuro pozo de desesperanza.