Me preguntaste sorprendida acaso de la intensidad de mi mirada.
En ese momento yo aún no lo sabía, mi mente no había podido descifrarlo, pero
mi alma sí, y se dió la maña, para escaparse en un momento de desconcierto, y se
reflejó en mis ojos inquisidores...
¿Porqué me miras así? Dijiste, y me miraste sorprendida de vuelta, con tu claridad y
belleza maravillosa.
No supe que contestarte, y bajé la vista avergonzada de lo que sentía crecer dentro mío.
Tenía en ese momento, me dí cuenta luego, tanta pena por tí...entendí en ese momento
que nunca ibas a poder imaginar, ni comprender... ni aceptar, este amor tan grande que siento por tí.
El amor final e irrefutable, que me estalló en el pecho, y que en la embriaguez de ese sentimiento naciente, me dejó muda, incapaz de expresar el torrente que sentía, que brotaba inacabable por mi cuerpo, que no pude verbalizar, pero que sin embargo logró escaparse un instante cuando te miraba.
¿Porqué me miras así?, dijiste... y te dí miedo, y lo entiendo, a mí también me da miedo esto que
siento, que me vino a golpear como un viento abrumador, y no me deja en paz...mi primer y último
pensamiento del día, se convirtieron en sueños que me desbordan y que de alguna manera ahora parecen imposibles.
Quisiera mirarte así siempre...y que tú también respondieras a esa mirada...y que nos encontrásemos,
pero sé que ahora mismo es imposible, o tal vez no imposible, pero sí muy difícil.
Todo lo que vale la pena cuesta, lo he aprendido a golpes, sin embargo, viniste a transformar mi vida...y a hacerme creer que tal vez no soy ese ser tan extraño que creía, ya que lo que buscaba no se permitía llegar, ahora, has llegado y te esperaré hasta que estés lista para aceptarlo...todo el tiempo que sea necesario.
Amor, sólo te pido que respondas a mi ternura, contenida y guardada hace siglos para tí... hace siglos por tí.
domingo, abril 29, 2018
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