domingo, enero 06, 2019

¿Qué se ama cuando se ama?

A ti; ... gracias por mostrarme ese viejo paraíso...

¿Qué se ama cuando se ama?

¿ Qué se ama cuando se ama, mi Dios: La Luz, terrible de la vida
 o la Luz de la Muerte?¿ Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es?; la mujer con su hondura, sus
rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?

¿ O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
Ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
Repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
De eternidad visible?

Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
De ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
Trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

Gonzalo Rojas

El fornicio

Te besara en la punta de las pestañas y en los pezones, te
Turbulentamente besara,
Mi vergonzosa, en esos muslos
De individua blanca, tocara esos pies
Para otro vuelo más aire que ese aire
Felino de tu fragancia, te dijera española
Mía, francesa mía, inglesa, ragazza,
Nórdica boreal, espuma
De la diáspora del Génesis, ¿ qué más
Te dijera por dentro?
¿Griega,
Mi egipcia, romana
Por el mármol?
¿Fenicia,
Cartaginesa, o loca, locamente andaluza
En el arco de morir
Con todos los pétalos abiertos,
Tensa cítara de Dios, en la danza
Del fornicio?

Te oyera aullar,
Te fuera mordiendo hasta las últimas
Amapolas, mi posesa, te todavía
Enloqueciera allí, en el frescor
Ciego, te nadara
En la inmensidad
Insaciablr de la lascivia,
Riera
Frenético el frenesí con tus dientes, me
Arrebatara el opio de tu piel hasta lo ebúrneo
De otra pureza, oyera cantar a las esferas
Estallantes como Pitágoras,
Te lamiera,
Te olfateara como el león
A su leona,
Parara el sol,
Fálicamente mía,
¡ te amara !

Gonzalo Rojas

Oscuridad hermosa

Anoche te he tocado y te he sentido
Sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
Sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído:
De un modo casi humano
Te he sentido.

Palpitante,
No sé si como sangre o como nube
Errante,
Por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
Oscuridad que baja, corriste, centelkeante.

Corriste por mi casa de madera,
Sus ventanas abriste
Y te sentí latir la noche entera,
Hija de los abismos, silenciosa,
Guerrera, tan terrible, tan hermosa
Que todo cuanto existe,
Para mí, sin tu llama, no existiera.

Gonzalo Rojas

A lo que ella aullando:

“ Tengo una grande y determinada determinación de no parar
hasta llegar, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere,
trabaje lo que trabajare, murmure quien murmurare, siquiera me
muera en el camino, siquiera se hunda el Mundo”

Así,
equívocas doncellas, húndanse, acéitense
locas de alto a bajo, jueguen
a eso, ábranse al abismo, ciérrense
como dos grandes orquídeas, diástole y sístole
de un mismo espejo.

De ustedes
se dirá que amaron la trizadura.
Nadie va a hablar de belleza.

Gonzalo Rojas

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