Del libro... “Dos prisioneros” de Lajos Zilahy
“ Tras largas luchas internas, me he resuelto dirigirle esta carta sin preguntarme si tengo el derecho de irrumpir en su vida con mis propios sentimientos; pero ya no puedo soportar el hecho de seguir aislado con mi dolor, pues, desde que la conocí, su presencia en el mundo es un sufrimiento para mí. Ha habido días, semanas tal vez, durante los cuales la he olvidado por completo; pero ahora, y como por una fatalidad, estoy dominado nuevamente por este sentimiento. No tengo un instante de respiro, como si toda mi vida estuviese envenenada. Me siento triste.
No tome esta carta por una trivial declaración de amor. Tal vez no puedo expresarme bien, pero lo que siento es más que amor; si hay una palabra para expresarlo, tal vez sea la fatalidad o la suerte que me impulsa hacia Usted. Pienso constantemente en Usted, y con todos mis pensamientos estoy arrodillado a sus pies.
Si siente algo por mí, no amor, sino compasión o amistad, le suplico que me ayude, me proporcione la oportunidad de decirle todo esto de viva voz; tal vez así encuentre la calma, y mi corazón no me hará sufrir tanto.
La esperaré mañana, hacia las dos, en el corso, frente al quiosco.
Es inutil que firme, ¿ no es verdad? Usted bien sabe quién soy.”
domingo, enero 06, 2019
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