Como el año pasado, este año pasaré mi Cumpleaños en Argentina, en otra ciudad esta vez, rodeada no por mi familia, si no que por personas nuevas, gente con la que comparto ideales de transformar nuestra realidad para bien, no sólo de nosotros, sino que de las generaciones que vienen.
Desde hace un poco más de un año siento que estoy encontrando mi tribu.
Aunque la individualidad que me hace ser una persona muy solitaria permanece aún, y el Hogar al que ansío pertenecer y crear alguna vez, se siente muy lejano, este año ha traído cosas muy intensas, buenas y bellas a mi vida. Y me ha hecho reconectarme con la humanidad y con mi misión de vida.
Entendí además, gracias al último golpe de la brutal indiferencia de alguien a quien amo demasiado, que ese hogar, más que en otro, está en sí mismo, La felicidad, aunque suene a cliché, está en uno mismo, y no debemos poner nuestras expectativas y nuestra vida en las manos de ninguna persona fuera de nosotros.
Decidí entonces con mucha convicción y fuerza, que voy a hacer todo lo posible por re-construirme un hogar desde dentro, pulso a pulso desde mi Corazón latiente. Que esa amplitud y calidez de mi Corazón, sean el único Hogar que ansíe.Que ese hogar se abra cálidamente a todo el que lo necesite, y lo quiera compartir, que siempre haya un consejo sabio, una palabra de aliento, un abrazo fraterno y un chocolate caliente para el alma de todo aquel que se quiera acercar a conocerlo.
Por mi parte continuaré buscando mi felicidad, mi tribu, fortaleciendo mi parte espiritual desde mí misma, pero ahora con un camino muy claro hacia donde quiero llegar, y lo que necesito hacer para lograrlo. Finalmente he descubierto que todo podría traducirse claramente en Amar y Amarse.
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