sábado, febrero 23, 2019

Inalcanzable

¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te...
La noche sufre.

Alejandra Pizarnik

En esta inmensidad...
Este vacío inmenso que a veces siento ... Y que no puedo explicar, esta sensación de ausencia,
Que sube desde el centro de mi estómago hasta mi pecho, y se derrama en torrente húmedo desde mis ojos... que miran al cielo pidiendo una explicación, y algún alivio, aunque sea momentáneo...
Estoy despierta, y esa conciencia me duele...la verdad nos hará libres, libres y solos, libres y tristes, en esa conciencia, la sensación de separación con los otros, se hace más rotunda.
Saber que la felicidad, el hogar  y el encuentro existen y son reales, y que sin embargo no están hechos para la gente como yo... saber que esta conciencia, me mantendrá para siempre ajena a la tierra y al mundo, fuera de la existencia cotidiana de las millones de personas que viven  en la inconciencia diariamente, y sin embargo subsisten, aman, forman familias, y aparentemente son felices, hacen de las cosas del mundo el sentido de su vida. Siguen las rutinas diarias, y no se dan cuenta que viven su vida en una impostura.
Me he dado cuenta que el tiempo no existe, no es real, y que lo único que quiero existe y es real, es este Eterno Presente... en este presente eterno quisiera encontrarte al menos una vez... y verme en tus ojos claros...nunca entenderé del todo los motivos de nuestro encuentro, solo creo que fue porque ya no queda tiempo y hay demasiado qué hacer... decidiste alejarte y seguir tu camino, que muchas veces corre paralelo al mío. Y con esa decisión me matas  y me muero un poquito cada día.

jueves, febrero 14, 2019

El poder de un momento

Ayer...desaparecieron dos de los perros de mi madre, se desvanecieron, salieron corriendo entre saltos en la mañana hacia el campo, y nunca más los vimos, se perdieron en el cerro enorme, y se dirigieron en dirección desconocida hacia el infinito.
Hoy me arrepentí de no haberme despedido de ellos, como si ese simple gesto pudiese hacer más leve el proceso de su desaparición... cuando murió mi perra, también fue así, cuando la dejé en la clínica veterinaria pensaba que iba a ser una cosa temporal y no la besé, ni la abracé pensando en que la iba a ver sólo en unas horas más de nuevo... eso nunca pasó, la siguiente vez que la ví, estaba inconsciente, llena de tubos... recuerdo bien ese día, tenía varias presentaciones que hacer y me aboqué al mundo de lo material, de mis proyectos profesionales todo ese día...luego, cuando murió mi perra, me arrepentí amargamente de haberla dejado sola, y me cuestioné a mi misma, que si sólo hubiese sabido el desenlace fatal, hubiese actuado de otra forma.
Tras varios meses de dolor...por esa pérdida, mi perra de alguna forma era mi único lazo emocional con otro ser; me dí cuenta del valor de cada momento. Vivir cada momento como si fuese el último, vivir el aquí y el ahora, y en torno a esas decisiones, rehacer la vida, dejar de hacer todo lo que nos separe de vivir en nuestro ser Intensamente, todo lo que nos disocie de nuestra esencia verdadera.
Mi perra fue mi maestra en muchas cosas, pero creo que esta fue su mejor lección.
La vida y la felicidad se componen de momentos, es por eso que los millenials, deciden vivir experiencias en vez de tener objetos que no puedes atesorar.
Me siento igual de alguna forma, mi alocada vida, cada vez más fuera del mundo, buscando el sentido de mi existencia y mi misión tienen mucho que ver con ese vivir el eterno presente, confiar, y vivir intensamente  cada momento que la gracia Divina  me otorga;  con humildad, plenitud y pensando siempre que podría ser el último, y cómo vivir toda mi vida  en consecuencia y plena Consciencia.

Un día de amor...

Mañana es San Valentín y estoy pensando en ti...
Sé que debiese focalizarme en este aquí y este ahora donde estás muy lejana e inalcanzable, y no en el recuerdo de lo que pudo ser, de un gesto, una sonrisa o el brillo de tus ojos... pero que va... me es imposible no pensarte... hoy
La soledad se ha vuelto a incrustar como un pedazo de cristal enterrado en mi corazón...
A mi lado observo parejas felices... hombres que compran peluches gigantes, y vendedores de chocolates en forma de corazón. Y me pregunto qué tiene que ver todo eso con el AMOR, ese con mayúsculas, ese que te hace perderlo todo para ganarlo todo, esa locura que puede ser nefasta, pero que la mayoría de las veces es una bendición, ese recuerdo que te estremece, o que te hace vibrar, o ese que hace que tus ojos se llenen de lágrimas que tratas de esconder en medio del mar de gente de un metro atestado y bullicioso. A veces me faltas tanto... tanto, ni yo misma entiendo esto que me pasa... esta entrega total de mis emociones amorosas a una quimera que nunca será realidad, toda mi pasión y ternura guardada desde hace siglos volcada en un sinsentido desesperanzador, frio y estático que me consume, que me pierde de mis momentos de plenitud y conciencia de la vida, de este aquí y este ahora, que me llenan de deseos irrealizables.
Vuelvo mis ojos al cielo... y pienso en tí, proyecto mi mirada al otro lado de las Montañas que forman esa barrera física y mental que nos separa irremediable y rotunda.
Quisiera poder verme en tus ojos de nuevo... y aunque sé que ahora parece  imposible. No podré detener nunca la intensidad de esto que sueño, espero y ansío. Te grabaste a fuego, en mi alma, mente y corazón. Solo me queda esperarte... hasta que estés lista.