Del Diario de Sor Faustina Kowalska:
"Mi mente estaba extrañamente oscurecida, ninguna verdad me parecía clara. Cuando me hablaban de Dios, mi corazón era como una roca. No lograba sacar del corazón ni un sólo sentimiento de amor hacia Él. Sentía un gran vacío en mi alma y no conseguía llenarlo con nada...
Terriblemente atormentada por estos sufrimientos, entré en la Capilla y desde la profundidad de mi alma dije estas palabras: Haz conmigo Jesús, lo que te plazca. Yo te adoraré en todas partes. Y que se haga en mí Tu voluntad, oh Señor y Dios mío.
Después de este acto de sumisión vi a Jesús que me dijo: Yo estoy siempre en tu corazón. Un gozo inconcebible inundó mi alma y un gran amor de Dios inflamó mi pobre corazón.
Veo que Dios nunca permite sufrimientos por encima de lo que podemos soportar.
Si el Señor quiere llevar a un alma a través de tales sufrimientos, que no tenga miedo, sino que sea fiel a Dios en todo lo que depende de ella. Dios no hará daño al alma, porque es el Amor Mismo, y por este Amor inconcebible la llamó a la existencia."
martes, julio 17, 2018
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