A continuación un texto que me pertenece....que escribí el 2002 y que se relaciona con el anterior.

MUDO ESPEJO

Me entregué a esta pasión, sabiendo que es imposible.

¿Qué fue lo que me impulsó a ti?...creo que la soledad, ¿Conoces acaso la soledad tremenda de esas noches cuando arde dentro tuyo el deseo de amar, y sólo te enfrentas con la desesperanza de la oscuridad y el desamparo más completo?.

En medio de un mundo de frialdad y tinieblas, vivía dormida.

Entonces un día, apareces tú, me haces despertar de mi letargo, y clara, diáfana, alegre vienes a poner un poco de luz, a mi mundo.

Eres todo lo que mi corazón ansiaba, o tal vez mi pobre corazón aspiraba solo a ti.

Sin embargo,...la oscuridad me persigue, soy su presa, es una bestia que no se da por vencida y reaparece cada vez que me dejas.

Y desde entonces te observo siempre, en todos tus momentos, en los días en que la desilusión se apodera de ti y te deshaces cansada en tu cama, o en los que feliz, paseas por la estancia, y me miras, viendo a través mío, con esa mirada profunda y soñadora que diriges a todos los que te rodean, he amado y conozco cada movimiento tuyo, todos tus gestos, cada sonrisa tuya que deja entrever tu interior luminoso.

Cada vez que te acercas siento en mi piel esa inconfundible sensación de acercarme al vacío, ese “algo” que emana de tu interior, totalmente arrebatador y amenazador, pero por lo mismo, tan inquietante y atractivo, tu cercanía me hace perderme, mi corazón late descompasadamente próximo a estallar.

Pero... a pesar de tu enloquecedora proximidad, no hago ningún gesto que pueda delatarme, permanezco muda, incapaz de decir algo, y tu te vas, serena a vivir tu día, a la feliz cotidianeidad, a tu mundo de luz, ignorante de mi presencia...y a mí...que daría cualquier cosa por ti, no me conoces, ni me vas a conocer nunca.

Alguna vez sueño, que miras mis ojos, y te das cuenta de mi profundo amor... pero pronto caigo en cuenta ...y me encuentro con la dura realidad de que estoy como siempre, y para siempre...al otro lado del espejo.