viernes, octubre 12, 2007

Deudas, Deudas, Deudas.


Aprovecho de Plagiar extractos de este artículo de Bryce Echeñique....
Muy buen título.
Habla acerca de Balzac, el gran creador que vivió toda su vida rodeado de acreedores y deudas.... lo que no lo diferencia en nada de ninguno de nosotros.
Si al gran Balzac, la vida lo trató así.....¿qué es lo que esa dura oposición nos depara a nosotros....?


Una dura oposición llamada vida

"Balzac lo había escrito, un año antes de su matrimonio y de su muerte: "Yo formo parte de esa oposición llamada vida." "¿Por qué será necesario que las voces de la esperanza se conviertan en este inmenso coro del fracaso?"

Balzac escribía para pagar sus fantasías de lujo, para satisfacer a sus acreedores, para conquistar a las mujeres y para competir con Dios en la creación de un mundo paralelo de seres imaginarios

¿Cómo fue, cómo transcurrió la vida de Balzac? La comédie humaine lo fue todo o casi todo en la vida de este hombre que, en 1821, le confesaba a su hermana sus dos únicas pasiones verdaderas: el amor y la gloria. Y que le escribía: "Y nada ha sido satisfecho aún. Y nada lo será nunca".

De amante en amante, de quiebra en quiebra y de viaje en viaje. Balzac se rompe contra el destino y sus deudas se convierten poco a poco en "deudas tranquilas" y deudas "alarmantes, gritonas". Entre las primeras, su jardinero, por ejemplo, o aquel guarda al que teme encontrar en sus paseos por el bosque. Se siente amenazado, perseguido, convertido en una liebre en su propio jardín. Y cuando la amada rusa, noble y casada, la célebre señora Hanska, le reprocha la escasez de sus cartas, responde: "Eran pocas porque no tenía dinero para el correo".


Balzac se consuela con horarios de trabajo de un condenado a las galeras, con nuevos reencuentros viajeros con "La extranjera" y, por supuesto, literalmente desvalijando anticuarios en Italia. Otra vez en la ruina, los cambios de dirección, los cambios de nombre para huir de los acreedores. De pronto, también, una amante celosa le roba las cartas de la señora Hanska y lo chantajea. Recuperar las cartas le cuesta una fortuna, es decir, otra deuda.

La madre de Balzac recibe el encargo de arreglar fastuosamente la vivienda de la rue Fortunée, Como si sintiera que la vida se le escapa, Balzac multiplica sus compras, sus deudas, sus sueños, sus horarios de trabajo. "

Por Alfredo Bryce Echenique
Para La Nación - Lima, 2001

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